ARENA POLÍTICA

 AÑO NUEVO. VIDA NUEVA

Por: Carlos CASTELLANOS ALCÁZAR

Lo ideal sería entablar un año nuevo con una nueva vida prendida en el crisol del nacimiento de un rostro distinto al del año- 2023- que fenece, quizás con buenos augurios, logros y triunfos- o bien, con algunas imperfecciones, que opacaron proyectos y planes de vida- o la ausencia de seres queridos, que marcharon al más allá.

Eso, no es el todo- ni debemos sentirnos por bien servidos, aun con triunfos o derrotas porque aun hay más, pues la vida es una espiral de propósitos y objetivos- y si bien, ya tenemos lo necesario, el ingenio- no muere al término de un año- por lo que deben renovarse los bríos de nuevas inspiraciones para mantenerse en un estatus de vida saludable como principios inacabables de la felicidad.

Más sí, quedan planes pendientes en lo material o sentimental, el año 2024- es el parteaguas de una nueva brecha, anclados en la fe y la esperanza para hacer un balance de nuestras emociones, renovar proyectos de vida, tomando en cuenta, que el que persevera alcanza- y si te caes levántate- y por supuesto- no te des por rendido, pues, la existencia es un prodigio de bendiciones- y si te propones, todo lo lograrás.

Estos son mis deseos, reconozco mis logros, triunfos, el amor- asimismo, mi férrea voluntad y esmero en superarme, que me dio buen resultado en mi labor periodística, que es lo que más deseo y abrazo en aras de la libertad de expresión, logrando llegar a niveles superiores en el ámbito de las libertades y derechos de la población ávida de justicia y el respeto de los derechos humanos. 

Hoy- en el inicio del 2024 transmito la luz de mis deseos a mis lectores, a mis amigos, compañeros, amistades y familiares, a quienes atraigo con la lucidez de la buena ventura- a todos para inyectarles un aliento de vida sana- apegada a rangos espirituales, que impulse a todos por la galaxia del primor, que ilumine- a los demás, autorespetarse para respetar a los que nos rodean, valorarse para valorar, sembrar para cosechar.

Desterrar odios, rencores y envidias de seres antisociales, tóxicos, o irreverentes, que nacen en la oscuridad, hechos para el mal, anteponiendo el bien y las buenas vibras, que son rayos- que iluminan- como el sol a la naturaleza- sembrando la fecundidad como un arte del universo.

Si- es posible- sembrar nuevos precedentes en este año 2024- en la pobreza o la opulencia, en la enfermedad o en el placer de la vida, pues- no importan los rangos, ni las castas sociales, lo que importa es la cosecha de buenas voluntades, la humildad, la obediencia, la paz preconcebida, las buenas acciones, la tolerancia y el respeto a la humanidad.

Cierto- que el 2024- será un año de más crisis económica, inflación y la funesta violencia, que predispone inseguridad, la prevalencia del crimen organizado y la misma política de “abrazos y no balazos” del régimen de gobierno, que ha polarizado a las clases sociales.

Ante estos desagrados, la fe y la esperanza mueren al último, no caigamos en la desesperanza- ni en la angustia desorbitante, hagamos de la vida un régimen humanitario, no lleguemos a la provocación de los actores de la violencia, sigamos con el don de los buenos hábitos y con un aura de recomposición social.  

carloscastellanos52@hotmail.com  

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